Sí, muchas veces necesitas liquidez para una emergencia. Sin embargo, no siempre es una buena opción solicitar un préstamo personal. Acá te damos las razones.
Después de dos años de pandemia, las economías personales y familiares han sufrido duros embates. Ante esto, muchas personas han recurrido a los famosos préstamos personales o de nómina. La inmediatez y el nulo papeleo que solicitan los hacen atractivos y, hay que decirlo, seguros.
Sin embargo, hay algunos puntos que no siempre son tan claros. Muchos menos, tan evidentes. Por eso, reunimos una serie de puntos en contra para pensarlo dos, quizá tres, veces antes de contratar esa deuda.
Estás comiendo. Suena tu teléfono. Es una “oferta” de tu banco en la que te ofrecen un préstamo personal el cual te transfieren inmediatamente a tu cuenta. Nada malo en ello. Aceptas y unos segundos después tienes la cantidad que te ofrecieron. Incluso, puede ser una más baja…o alta.
Sin embargo, la desilusión llega cuando te toca hacer el primer pago. La sorpresa: recibo 1 de 120.
Y es que la tasa de interés promedio de los créditos personales aumentó de 38.5% de marzo del 2019 a febrero del 2020, a 43.3% en el lapso comprendido entre marzo del 2020 y febrero del 2021, según cifras del Banco de México.
Supongamos que te animas a pedir $50 mil pesos. Ya, resolviste un problema. Pudo haber sido para enfrentar alguna emergencia. Pero la realidad es que es muy probable que arrastres con una losa bastante pesada. La realidad es que haciendo cálculos muy rápidos a una tasa de 41.75% (que en este caso es la que te ofreció tu banco) vas a terminar pagando casi tres veces el préstamo. Por ahí de 130 mil pesos.
Pasan los meses y ves que casi el 80% de lo que pagas se va a intereses y solo una pequeña parte a capital. Por eso, nuestra recomendación es que antes de endeudarte de esa manera, busques otras opciones. Incluso, muchas veces la Tarjeta de Crédito te ofrece un interés más bajo por disposiciones en efectivo.
Recuerden que el Financiamiento Inteligente te ayuda, precisamente, a elegir el crédito que mejor se adapte a tus necesidades. También, no olvides que ese tipo de préstamos NO se utilizan para gastos suprefluos (como comprarte el último smartphone o irte de viaje).
Cuida tus finanzas personales y procura mantenerlas sanas siempre.
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